Pero no es de fácil respuesta, no porque suponga revelar el «As» bajo la manga del proveedor, simplemente no es fácil porque en primer lugar hay que tener en cuenta que la educación virtual es un servicio y no un producto, y la principal diferencia entre ambos es que mientras el producto se construye sin la intervención directa de quién lo compra, el servicio requiere la presencia del consumidor.
En otras palabras, si a un proveedor de servicios de eLearning le formulas la pregunta ¿Cuánto cuesta un curso virtual? sin antes hablarle de tu necesidad para saber cómo puede ayudarte un curso virtual a resolverla, le estarás preguntando por un producto, no por un servicio. Como consecuencia, si consideras adquirir ese «producto» en un futuro, recibirás algo que es muy probable que no te ayude a alcanzar tus objetivos específicos de formación, sencillamente porque no fue hecho contigo ni para ti sino bajo supuestos de consumo.
Al menos tres aspectos se deberán tener en cuenta para poder realizar un análisis de costos correcto para tu proyecto.
Propósito: ¿Para qué necesitas un curso virtual? ¿Es para cumplir con una regulación específica? o ¿Para que se comprenda un nuevo proceso de la empresa?
Recursos: Este aspecto depende del anterior, a partir de tu propósito se podrán estimar los recursos académicos (videos, lecturas, etc.) que pueden incluirse en uno o múltiples cursos para responder a tus necesidades de formación. He aquí algunas herramientas usadas frecuentemente en el eLearning.
Tiempo: Se usará para determinar el esfuerzo necesario por parte del equipo de proyecto para poder generar los recursos requeridos. A menor tiempo, mayor esfuerzo… mayor costo.
Analiza internamente tus necesidades de formación, compártelo con tus proveedores y tendrás estimaciones acertadas de cuánto podría costar tu próximo proyecto de e-learning.
¿Necesitas un curso virtual? Escríbenos para iniciar tu próximo proyecto.
